Emociones y respiración
Las emociones están íntimamente ligadas a la respiración. Si tenemos miedo, la respiración se hace superficial, se acelera y se entrecorta. El sistema se prepara para el ataque o la huida y el sistema nervioso parasimpático se bloquea. Si algo nos alivia respiramos profundamente y despacio. Exhalamos el aire por la boca y nos relajamos. De nuevo, volvemos a la naturalidad de la respiración. Podemos entonces decir que si las emociones afectan a nuestra forma de respirar, la forma en que tomamos oxígeno, afectará a nuestro estado anímico
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