Las cosas más maravillosas y las pérdidas más duras. Las alegrías más buscadas y los accidentes menos esperados. Las buenas noticias, los desengaños más dolorosos, la calma y la tormenta. Todo eso, todo lo que vivimos, forma parte de nosotros. Es parte de la fluctuación natural de la vida.
De vez en cuando me paro un segundo y contemplo las historias de la gente que conozco. Ninguno de nosotros está exento de sufrimiento ni de momentos difíciles. Del mismo modo, no lo estamos de ser plenamente felices. Podemos decir que vivimos un momento en la historia en la que la vida es mucho más cómoda. Sobrevivir, por así decirlo, es más probable que siglos atrás. Con la evolución de la tecnología y la ciencia, hoy vivimos muchos más años. Somos más productivos y estamos conectados con miles de personas en el mundo. La información recorre el mundo a la velocidad de la luz y voces que antes no se oían hoy tienen cabida gracias a las diferentes plataformas.