Creo que la vida tiene una voz. Encontrarla depende de cuánto estemos dispuestos a escuchar. Requiere tiempo, paciencia y la capacidad de ir validando lo que percibimos. Encontrar la propia voz es el camino de la libertad.
Todo se toma su tiempo
Por las mañanas, al despertar, me pongo unos calcetines gorditos porque aún hace algo de frío aquí. Si no llueve, salgo a la terraza y me siento un rato afuera. Por un rato, no hago nada. Me gusta sentir el frío en la cara. En estos minutos siempre hay pájaros cantando y caracoles dibujando líneas por las paredes de casa. Todo va lento y yo me siento a gusto. Me da paz moverme al mismo ritmo que lo que me rodea.
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