Aunque según nuestro calendario seguimos en Otoño, el Invierno empieza a asomar. Hay belleza en prestar atención a lo que ocurre en la naturaleza más allá de las fechas. Nos permite vivir a un ritmo que el cuerpo reconoce como natural. Cuando le devolvemos al cuerpo lo que es natural, éste responde con energía.
No es casualidad que pisar descalzas por la arena de las playas, mirar el horizonte, perdernos en bosques o subir montañas nos deja una sensación de calma y pertenencia. Porque realmente es de donde venimos y a donde pertenecemos. Puede que a veces, sobretodo si venimos de ritmos frenéticos, haya un proceso de adaptación. Hoy quiero centrarme en un par de ideas de modo que te sirvan para tu práctica de yoga tanto como para tu día a día. Tal vez así, incorporando estos detalles tu vida sea un reflejo del lugar del que venimos.
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